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17 dic. 2015
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Un fondo de armario de astronauta

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EFE
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17 dic. 2015

Desde las espirales futuristas que hicieron famoso a Pierre Cardin en los sesenta, y que iluminaron también a Andre Courrèges y Paco Rabanne, a las naves espaciales de la colección para el próximo verano de Jonathan Anderson para Loewe, pasando por la etapa más cósmica del camaleónico David Bowie cuando ejercía de Ziggy Stardust a las vanguardistas gafas de Elton John cuando tocaba “Roket Man”. Los armarios no se resisten a las fantasías extraplanetarias.

Diseño de Märta Thisner - EFE / Cedida por la Agencia Espacial Europea


Nadie olvidará el sugerente bikini metálico de la princesa Leia, encadenada a Jabba The Hunt en “El retorno del Jedi”, y menos ahora que Star Wars vuelve a tomar los cines.

Ni el debate sobre el presunto sexismo de su indumentaria que la propia actriz Carrie Fisher se encargó de finiquitar cuando declaró a “Los Angeles Times” que las madres preocupadas pueden decirle a sus hijas que “el personaje lleva esa indumentaria porque no le han dado otra elección”.

“La han obligado a llevarlo. Es la prisionera de un testículo gigante con un problema de salivación y en realidad ella no quiere llevar esa ropa puesta”, lanzó la señorita de los moños de ensaimada, cuyo vestido se subastó recientemente por 96.000 dólares.

Pero tras más de siete décadas de carrera espacial, la relación entre la moda y el cosmos nos ha dejado algo más que diseños retrofuturistas e ingenios tecnológicos como el célebre velcro: tejidos térmicos e interconectados, ropa con GPS o paneles solares, chaquetas con paneles solares, prendas que se estiran y recuperan su forma original o camisas que se planchan solas a temperatura corporal son ahora una realidad no solo para un puñado de astronautas.La firma italiana Corpo Nove, por ejemplo, propone una chaqueta “Absolute Zero” que aguanta temperaturas de 50 ºC y se funde a 3.000 ºC. Imprescindible para días con meteorología incierta.

Un camino de ida y vuelta


Diseño de Märta Thisner - EFE / Cedida por la Agencia Espacial Europea


El fabricante danés Björn Borg ha recuperado invenciones de la ESA para crear ropa interior térmica resistente a las chispas (nadie recomienda soldar en paños menores, pero a veces la lluvia de fuego traspasa el mono protector e incluso la ropa interior y quema la piel) y las prendas para motoristas de Dainese se aplican a las vestimentas de los cosmonautas, para evitar que sufran problemas de espalda durante las misiones.

Por eso, la Agencia Espacial Europea (ESA), en colaboración con el Museo de Ciencia de Londres y con escuelas de moda como la francesa ESMOD, la danesa Fashion Design Akademie o la italiana Politecnico de Milan, ha lanzado ahora la iniciativa “Costura en órbita”, en la que se propone a cada uno de esos centros que presenten sus diseños relacionados con la aventura espacial.

“Cada escuela debe atribuirse un tema para su colección, como la tecnología, el medioambiente, la innovación, la salud o la nutrición, y debe reflexionar sobre las aplicaciones prácticas de sus creaciones en la vida cotidiana”, explican los responsables de la ESA.

La evolución del proyecto, que puede seguirse en las redes sociales a través de la etiqueta #coutureinorbit, cristalizará en un desfile de moda nocturno en el Museo de Ciencia de Londres el próximo mes de mayo que demostrará, una vez más, que ciencia y moda comparten musas.

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