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Hernandez Sebastian
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19 jul. 2022
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Las marcas de moda de lujo van a la conquista de la restauración

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Hernandez Sebastian
Publicado el
19 jul. 2022

Últimamente no pasa una semana en la que no haya al menos una marca de moda que anuncie la apertura de un café o un restaurante de marca. A medida que la vida retorna a la normalidad tras dos años de pandemia, con un fuerte deseo de salir por parte de los consumidores, la restauración se perfila como la nueva frontera a conquistar para la industria del lujo. Las principales casas siempre han encontrado un enfoque natural en el sector culinario, pero nunca en una cantidad similar a la que vemos actualmente.


Boss privatiza el histórico Café Vitti en Roma - DR


Así, desde hace unas semanas, los anuncios de aperturas se han multiplicado. El más reciente es el de Boss, que acaba de inaugurar su primer café en Roma, en asociación con el histórico bar-pastelería Vitti en Piazza San Lorenzo in Lucina, no lejos de su tienda. El local, adornado con los colores de la marca alemana, negro, blanco y beige, ofrecerá hasta noviembre “una experiencia Boss única, donde se mezclan diseño y restauración con influencias romanas”, explicó la marca en una nota de prensa.

La experiencia es el nuevo mantra del lujo. Tal como confirman los últimos estudios sobre el mercado de bienes de consumo de alta gama, en los últimos años el gasto ha tendido a orientarse hacia el bienestar, la hostelería y la restauración. A esto se suma el furor por la gastronomía, un fenómeno aún en auge, que puede constituir un nuevo eje de crecimiento para las marcas, por ejemplo, convirtiendo espacios comerciales menos eficientes en áreas dedicadas a la restauración. Esta diversificación también permite a las marcas enriquecer su oferta y reforzar su imagen y posicionamiento como marcas de estilo de vida.

Christian Dior, que ya opera cafés y restaurantes en Saint-Tropez, Tokio, Seúl y Miami, ha entendido esto muy bien, como refleja el ambicioso proyecto de renovación de su histórico espacio parisino en el 30 de la avenida Montaigne, donde inauguró el restaurante de "alta costura" Monsieur Dior, que siempre está a reventar, bajo la dirección del chef Jean Imbert. El conjunto se completa con la Pastelería Dior.

Activo con un espacio de restaurante en Osaka, Japón, y dos cafés (en Osaka y Seúl, Corea del Sur), Louis Vuitton no se queda atrás. Después de abrir una tienda en un antiguo restaurante estrella Michelin en Lille en la primavera, dio el paso con su primera ubicación gastronómica en Francia. El restaurante "Mory Sacko at Louis Vuitton", que lleva el nombre del chef estrella Michelin que dirige el establecimiento, ubicado en el corazón de Saint-Tropez, no lejos de su boutique, en el hotel White 1921, administrado por LVMH.


Gucci Osteria es parte del palacio florentino de la marca y alberga boutiques y salas de exposición de Gucci. - Gucci


Mucho antes que Dior y Vuitton, otras casas incursionaron en este segmento y allanaron el camino. Como Giorgio Armani, que fue uno de los pioneros en 1998 y ya cuenta con una veintena de unidades en todo el mundo. Al diversificarse en la industria hotelera, el paso por el sector culinario también fue natural para Versace y Bulgari. Chanel también abrió un proyecto gastronómico hace más de 10 años con el chef Alain Ducasse en la parte superior de su tienda insignia en Ginza, Tokio.

Prada también ha dado sus primeros pasos a través de su marca Marchesi, al igual que LVMH con los cafés Cova. Ralph Lauren ha probado varios conceptos en sus tiendas insignia. En 2015, Burberry abrió su cafetería Thomas en Londres. Sin olvidar a Gucci, que ha ampliado su oferta culinaria en cuatro ubicaciones, Florencia, Los Ángeles, Tokio y Seúl, así como a Trussardi, que se prepara para reabrir su café y su restaurante estrella Michelin en otoño, de la mano del chef Giancarlo Perbellini, en su palacio milanés frente a La Scala.

Más allá de la visibilidad que aportan estas prestigiosas ubicaciones, también es una forma de diversificar sus ingresos, algo muy necesario tras la pandemia, y de ampliar su público, al tiempo que anima al cliente a extender su presencia en sus espacios para animarlo a consumir más de sus productos, ya que la experiencia culinaria se ofrece idealmente al interior del punto de venta o cerca de él. Al crear un universo completo alrededor de la marca, también logra fidelizar mejor a los clientes y captar su atención.

Por no hablar de la publicidad que generan en las redes sociales las fotos de bonitos platos presentados con naturalidad en vajilla de la marca claramente reconocible. Este aspecto "instagrameable", que encanta a los jóvenes a la hora de compartir un momento agradable y cool, ha estado en el centro de atención de ciertas marcas, como la marca de calzado Jimmy Choo, que acaba de abrir en Londres, en el espacio dedicado al calzado de los grandes almacenes Harrod's, un café efímero totalmente rosa con servicio de té disponible en el mismo tono vivo, identificado con las iniciales de la marca.


El restaurante junto al mar recién inaugurado por Borsalino - DR


Esta posibilidad de desplegar su imagen y sus valores a través de este nuevo segmento atrae también a marcas más sutiles y jóvenes diseñadores. Como Simon Porte Jacquemus, con su café Citron, instalado desde 2019 en las Galeries Lafayette Champs Elysées, o el bistró Chez Jeanne, que abrió ese mismo año en la boutique parisina de Rouje, la marca de la estilista e influencer Jeanne Damas.

Los anuncios de nuevas aperturas han continuado en semanas recientes, con la tendencia de que las marcas medianas forjen asociaciones. Borsalino se ha asociado con el empresario Gualtiero Vanelli para abrir el Panama Restaurant Beach Versilia by Borsalino en Marina di Pietrasanta, en la Riviera Versilia, en la Toscana. Otra alianza es la de Isabelle Saglio, propietaria del café de l'Esplanade, situado en la rue Fabert de París, y Lorenzo Serafini, director artístico de Philosophy, la marca juvenil de Alberta Ferretti, que ha personalizado su terraza para el verano, mientras que la diseñadora J.J. Martin de la marca La Double J ambientó con sus muy reconocibles estampados vintage la terraza del hotel de lujo Passalacqua en el lago de Como.

Aprovechando la nueva pasión de los consumidores, en particular de los más jóvenes, por la gastronomía, las casas de lujo están creando nuevos puntos de contacto a través de sus espacios gastronómicos, al tiempo que ofrecen a sus clientes un nuevo tipo de experiencia multisensorial. Esta incursión de la moda en la cocina también forma parte de la nueva estrategia de las casas en torno a la transformación de sus puntos de venta. El objetivo es volver a convertirlos en lugares de destino por derecho propio, ya no centrados únicamente en la venta de productos, sino pensados como espacios multifuncionales, donde vivir diferentes experiencias y pasar el tiempo, para recuperar a los clientes locales, pero también las cuotas de mercado perdidas ante las compras en línea.

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