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22 sept. 2016
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Cuando el estilo militar invadió la moda

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EFE
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22 sept. 2016

Cuando las tropas galas iniciaron su periplo colonial por África e Indochina en el siglo XIX, pocos podían imaginar que la metamorfosis que iban a sufrir sus uniformes tendría algún efecto en la moda contemporánea.

Diseño de Sonia Rykiel Primavera/Verano 2015 - Pixelformula


Chanel, Hermés, Christian Dior o Louis Vuitton son algunas de las firmas que llevan décadas inspirándose en las vestimentas militares, un influjo indiscutible al que ahora rinde homenaje la exposición "Mission Mode" abierta en Marsella y sus alrededores hasta el 15 de enero.

La muestra recorre la evolución de este estilo a través de 40 diseños repartidos entre el Castillo de Borély, que alberga el Museo de Artes decorativas, de la Fayenza y de la Moda en Marsella; y el Museo de la Legión Extranjera -cuerpo legendario del ejército francés de Tierra- situado en Aubagne, cerca de la ciudad costera.

Vestidos de lana gruesa y con un caluroso chacó negro en la cabeza, los soldados que desembarcaron en los desiertos subsaharianos y las selvas del sudeste asiático no tardaron en copiar a la población local al modificar progresivamente el corte y el tejido de su ropa.

Los uniformes se pintaron de blanco o kaki y, aligerados, permitieron a los soldados adaptarse a las condiciones meteorológicas de aquellas latitudes.

La fascinación que las nuevas colonias despertaron en la élite europea de los años 20 se vio reflejada en la sahariana, chaqueta kaki con bolsillos, que una minoría exclusiva empezó a lucir en sus safaris por África, y en torno a la que hoy gira la exposición.

Funcional, unisex, de corte estricto pero ligera, la prenda proporcionaba a quien la portase un aire de explorador envidiable que la alta costura parisina supo aprovechar en 1967, cuando el estilo safari inundó las colecciones primavera-verano de Yves Saint-Laurent o Nina Ricci, entre otros.

Para entonces, la moda ya se había cubierto de kaki y de estampados de camuflaje bajo el influjo de la Primera Guerra Mundial.

Ahora el Museo de la Legión Extranjera, que desde 2013 acoge una muestra de la evolución histórica de sus uniformes, incorpora a su colección una comparativa con algunas de las primeras piezas de alta costura de inspiración militar.

Como en un juego de las siete diferencias, el museo intercala uniformes y diseños, entre los que destacan un traje de chaqueta con doble botonadura de 1969 y una chaqueta adornada con piedras preciosas a modo de galones de 1970, ambos concebidos por Coco Chanel poco antes de morir.

"El objetivo de la muestra era crear un diálogo entre ambos museos", afirma a Efe el comisario de la exposición, Xavier Landrit.

El Castillo de Borély toma así el relevo y alberga en su lujoso interior creaciones más vanguardistas y actuales firmadas por los diseñadores Jean-Charles de Castelbajac, Jean-Paul Gaultier o la recientemente fallecida Sonia Rykiel.

La explosión de esta tendencia en los 70 fue tal, que algunos de los diseños expuestos dan cuenta de una "mezcolanza" de detalles de inspiración militar, algo prohibido entre filas, donde los códigos de vestimenta están rigurosamente definidos, explica el capitán y conservador del Museo de la Legión Extranjera, Géraud Seznec.

Por su parte, Landrit afirma que también la moda influye en los uniformes -en 1914 el Gobierno británico encargó a Burberry que reinventara la gabardina de sus tropas, y Hugo Boss empezó vistiendo a los soldados del Tercer Reich-.

"Es un poco como la historia del huevo y la gallina" confiesa, al tiempo que reconoce que, a menos que los creadores actuales se tornen hacia las nuevas tecnologías aplicadas a tejidos, es poco probable que la influencia vuelva a ser tan importante como en años pasados.

Cuenta que son los propios soldados los que empezaron a estrecharse las camisas para realzar su figura, y cree que la originalidad de los detalles de los uniformes de la Legión Extranjera son "coqueterías" que aportan algo de fantasía frente a la estricta rigidez del cuerpo militar.

En su reciente inauguración, la muestra ya abrió sus puertas a los primeros legionarios. Sus camisas lucían a la espalda un engranaje geométrico de rayas perfectamente paralelas, planchadas por ellos mismos. 

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