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Hernandez Sebastian
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7 feb. 2022
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Copenhagen Fashion Week fue una fiesta de moda entre influencers

Traducido por
Hernandez Sebastian
Publicado el
7 feb. 2022

Podría decirse que la Semana de la Moda de Copenhague, que terminó el jueves en la noche, es igualmente reconocida por sus famosas fotos de estilo callejero como por los desfiles de las marcas que se presentan en ella. Sin embargo, a juzgar por los desfiles de esta semana, ante todo, es una gran fiesta para el encuentro de jóvenes influencers.


(di)vision, otoño/invierno 2022 - Foto: Division/ Instagram - Photo: Division/ Instagram


Aunque no se puede acusar a los diseñadores de falta de esfuerzo o entusiasmo, a juzgar por las pasarelas de esta semana, hay un motivo por el que las fotografías de los invitados fuera de los desfiles generan más interés que las de los desfiles en sí. Tanto los desfies como las marcas que vimos fueron muy erráticos.

Hubo un pequeño puñado de shows que sobresalieron, en particular, Soeren Le Schmidt, (di)vision, Wood Wood y Henrik Vibskov. Pero, en general, nadie podría describir esta como una temporada vintage en la capital danesa. En la mayoría de los casos, parecía diseñada para complacer a influencers de nicho en lugar de estar enfocada a minoristas o editores de moda profesionales.

Se vieron algunas ideas sólidas: abundantes chalecos acolchados y accesorios; zapatos extravagantes de dos piezas; acabados industriales; telas escocesas de color verde; diseños en capas de estilo extravagante y chic, con botas realmente descomunales. Sin embargo, el canto de la musa de la moda no se sintió con fuerza en Dinamarca esta semana.

Con demasiada frecuencia, la ropa parecía una copia pobre de diseñadores influyentes de Londres, Milán y París, todo revuelto en uno solo. Fragmentos de Rick Owens, mucho Off/White, elementos de Y-3, una pizca de JW Anderson y un toque o dos de Supreme.

La velada inaugural del lunes tuvo dos fuertes momentos con Soeren Le Schmidt y (di)vision. El primero se organizó ingeniosamente dentro de un carrusel dentro del destino turístico más famoso de la ciudad: los Jardines de Tivoli.


Soeren Le Schmidt



 


Los modelos posaron dentro de varios cuadros de cuentos de hadas vistiendo esmóquines de gran tamaño con ribetes contrastantes; chaquetas deportivas de raso; vestidos con hombros descubiertos y vestidos tipo blazer. Nada realmente nuevo, pero al menos un gran momento para subir a Instagram, algo que nunca debe despreciarse en la moda.


(di)vision



 


El desfile de (di)vision, marca que se describe a sí misma como una "marca multidisciplinar", fundada por los hermanos Nanna y Simon Wick, fue lo más destacado. El espectáculo se celebró dentro del Planetario de la capital, donde presentaron su asociación con Adidas: un NFT llamado The Ozzy Drop, un avatar de chico cool con ojos saltones. Al escanear un código QR y participar en una rifa, 10 fashionistas afortunadas que asistieron al desfile podrán ser seleccionados para ganar un atuendo de Ozzy gratis. Además de un despreocupado vídeo de lookbook, la marca también organizó un espectáculo inteligente y una colección fuerte, que incluye locas parkas de fiesta de colores sólidos, abrigos de espía y jeans enrollados en la cintura.


Samsøe Samsøe



 


Samsøe Samsøe nos dejó un muy buen ejemplo de la genialidad danesa. Nada muy revolucionario, pero sí ropa bien hecha, fresca y favorecedora. Además, hicieron un excelente vídeo de lookbook, levemente claustrofóbico al estilo de Samuel Beckett, en el que las modelos marchaban por un pasillo interminable con elegantes blusas gruesas de mohair a cuadros; vestidos de un solo hombro y vestidos de seda en degradé. El after party de Samsøe Samsøe también contó con un DJ fantástico y una multitud inclusiva genial. Es, sin duda, una marca muy conectada con su escena.


Wood Wood




Wood Wood, otoño/invierno 2022 - Foto: Wood Wood/ Instagram - Photo: Wood Wood/ Instagram


Los desfiles que vimos en Copenhague, una meca de los amantes de la fiesta, a menudo incluían música en vivo, en particular Wood Wood, donde dos DJ expertos ambientaron un espacio oscuro debajo de enormes zepelines de luz. Presentando chaquetas y abrigos con gráficos atrevidos en una colaboración con artistas locales; sudaderas con capucha a rayas con pantalones a juego; pantalones extragrandes perfectamente cortados y algunos suéteres con patrones rotos geniales, la mitad de ellos en azul medianoche. Además, en una ciudad obsesionada por las botas grandes, tuvieron la mejor idea: botas de lluvia reforzadas, elegancia robusta en su máxima expresión.


Henrik Vibskov



 


En otro espectáculo con una puesta en escena animada, Henrik Vibskov estuvo en su punto más extravagante. Vibskov, el primer diseñador escandinavo independiente en figurar en el calendario oficial de las pasarelas parisinas, históricamente siempre ha tenido una estética muy específica: un look artístico llamativo. En un antiguo almacén adornado con almohadas luminosas a la altura de la rodilla, vimos trajes a cuadros tipo New England hábilmente cortados con dhotis; chalecos acolchados tipo samurái y vestidos de coctel; y muchos abrigos grandes de lana pesada de color naranja y a cuadros escoceses, uno visto en un modelo veterano con aires de Jean-Luc Godard. Los modelos desfilaron sobre zapatos de plataforma futuristas atados con cuerdas, en los que la punta y el talón estaban físicamente separados.


Saks Potts



 


Cada vez que mencionabas a los amantes de la moda locales lo decepcionante que había sido la temporada actual, la respuesta inmediata más común era preguntar si habías visto a Saks Potts. Aunque el acento danés hacía que el nombre sonara como Sex Pot. En realidad, Saks Potts es un ejemplo de la moda escandinava haciendo lo que mejor sabe hacer: ropa de abrigo elegante y muy bien confeccionada, para mujeres seguras de sí mismas. Colores inteligentes que bloquean una paleta infalible y un sentido del gusto modernista: profesionalismo refinado de las fundadoras, Cathrine Saks y Barbara Potts.


Ganni



 


La casa de moda más seguida de la moda escandinava es probablemente Ganni, con sede en Copenhague y dirigida por el equipo creativo formado por marido y mujer, Ditte Reffstrup, y Nicolaj Reffstrup. Aunque no presentó un desfile esta ocasión, fue el mejor video de la temporada, protagonizado por una cantante local y lleno de nostalgia de los años 90, con chaquetas de jean recortadas de rockstar y pantalones anchos metidos en las botas; vestidos de coctel de seda con volantes azul agua y blusas de gasa de escote pronunciado. Un poco más lasciva que la apariencia a menudo de inspiración victoriana de Ganni, pero no por eso menos interesante.

“Hay un gran anhelo por los años 90 y toda la libertad que asociamos con esa década. Además, todo mi equipo de diseño ha estado viendo Euphoria”, explicó riendo Ditte, refiriéndose a la nueva serie de culto centrada en la música.

En otros desfiles, sin embargo, el público tuvo que sortear una gran cantidad de estilos facilistas.


Baum und Pferdgarten



 


Baum und Pferdgarten presentó faldas acolchadas con volantes, abrigos voluminosos y pantalones cortos verdaderamente espantosos; blusas ligeramente torcidas; gabardinas predecibles y tejidos de punto trenzado. ¿Cómo se dice absolutamente banal en danés? Es fuldstaendig pinligt, lo que suena bastante mal cuando lo dices en voz alta. Igual que esta colección.


Soulland



 


Los presagios parecían buenos para Soulland, marca que organizó su espectáculo dentro de un depósito gigante de reparación de trenes, mientras un excelente saxofonista tocaba jazz al estilo de Albert Ayler. Pero la ropa estaba lejos de ser una tierra de almas, en una colección más bien sin una. Prendas excesivamente holgadas; extraños semi dhotis; blazers desproporcionados y deprimentes pijamas de dos piezas.


Martin Asbjørn



 


No hubo nada terriblemente malo para resaltar en la colección del joven diseñador local Martin Asbjørn, quien sabe hacer un buen drapeado y es un sastre respetable que adornó su colección con algunos looks geniales de cuero metalizado. Sin embargo, al igual que la temporada en sí, dejó mucho que desear.

En total, fueron tres días de cielo gris, temperaturas bajo cero y, el jueves por la mañana, una niebla tan densa que los huéspedes en las dos torres del hotel Bella Ski, donde se albergaron muchos editores y compradores, no podían ver la otra torre desde las ventanas de sus habitaciones a solo 40 metros de distancia.

El largo invierno influye claramente en el estilo local, y su necesidad de color. Quienes hayan visitado Galway o Kerry en el lluvioso oeste de Irlanda, o hayan pasado un invierno en la nieve de San Petersburgo, comprenderán el síndrome. Pero mientras que los irlandeses y los rusos pintan sus cabañas y palacios con colores brillantes y tonos pastel, los daneses alteran los colores de su ropa.

Al final, una encuesta de opinión de media docena de propietarios de boutiques italianos inteligentes y experimentados fue bastante condenatoria: “El gran problema es que aquí no hay ADN real, ni identidad real. Simplemente se interpreta y se sigue a mejores diseñadores de otros lugares”, se lamentó un propietario.

“Sí, compraremos marcas, pero menos que antes, y probablemente no las vendamos durante tanto tiempo”, agregó otro.

“El gran problema en Copenhague fue que no había muchas novedades”, afirmó un tercero.

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