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25 feb. 2013
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A punto de finalizar la Pasarela de Milán, continúa la influencia masculina

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EFE
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25 feb. 2013

Roma - Durante la sexta jornada de la Semana de la Moda de Milán, Emporio Armani y Gianfranco Ferré propusieron sus diseños caracterizados por la sencillez de forma y la monocromía, que estilizarán el cuerpo de la mujer del próximo otoño-invierno.

Llegó Emporio Armani para dejar claro que las prendas masculinas serán un elemento imprescindible para la mujer; sobre todo, las americanas con líneas muy angulosas y en tonalidades sobrias y oscuras.

Diseño de Emporio Armani en la pasarela de Milán, Foto: Pixelformula


Emporio Armani entiende a la mujer otoñal con una sofisticada mezcla entre la chaqueta, las faldas vaporosas hasta los pies que se mueven con las bocanadas de viento emergiendo de las calles de las ciudades de todo el mundo y la pedrería que, junto a los flecos, crean una combinación elegante.

El corte que Emporio Armani imprimió a sus prendas están influenciados por el estilo charlestón, por el corte de las levitas propias de los comienzos del siglo XX, por la ligereza de las telas y de las prendas que se usaban en los cabarés.

Mientras que la pieza superior delimita a la perfección el cuerpo de la mujer con cortes muy definidos y angulosos, la pieza inferior es un ejemplo de libertad de forma, mediante el empleo de gasas y satenes que componen faldas y pantalones anchos y volátiles.

Guantes de rejilla en negro o tocados con forma de sombreros en miniatura, generalmente bombines, completaron la apuesta de la casa italiana Emporio Armani para el próximo otoño-invierno.

Mayor apertura cromática demostró, en cambio, Gianfranco Ferré, que siguió a Emporio Armani sobre la Pasarela de Milán, cuyos diseños aparecieron en tonos como el negro nuclear y los marrones.

Los diseños de Gianfranco Ferré tienen un marcado carácter oriental.

Es como si Ferré hubiese metido un kimono chino en un cubo de tinte negro para configurar una de las apuestas más elegantes de la Semana de la Moda de Milán.

Prendas anchas pero muy bien definidas, muy marcadas por la línea recta que aparece en forma de cortes verticales y dejan ver la piel de las modelos y un papel omnipresente del cuello vuelto, que termina de estilizar el cuerpo de la mujer.

En ese mismo afán, en la colección de Gianfranco Ferré jugó un papel muy importante los anchos cinturones de cuero, anudados lateralmente, que ayudaron a marcar y ceñir la cintura de las mujeres que caminaban sobre la pasarela.

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